La muerte de Alejandro VI es una de las cuestiones más enigmáticas y misteriosas acerca de la vida del segundo Papa Borgia. Desde el envenenamiento hasta la simple y accidental intoxicación, pasando por la posibilidad de haber contraído la malaria, varias son las posibilidades para explicar el fallecimiento del Papa en extrañas circunstancias.
Alejandro VI falleció el 18 de agosto de 1503 tras varios días de estar postrado en cama, sufriendo vómitos, náuseas, fiebre y otros síntomas que evidenciaban que algo sucedía, máxime cuando César Borgia también sufría los mismos síntomas. A principios del mes de agosto el Papa y su hijo habían cenado en el viñedo del cardenal Adriano di Corneto, y una semana después ambos cayeron gravemente enfermos. Adriano había sido nombrado cardenal pocos meses antes tras comprar, literalmente, el cargo, debido a las necesidades económicas de Alejandro VI para llevar a cabo sus planes y mantener en Roma un ejército de mercenarios de cerca de 10 000 hombres. Debemos recordar que en este contexto los ejércitos españoles y franceses avanzaban por Italia para su enfrentamiento definitivo.
Un vaso de vino con César Borgia [Pintura de John Collier]. (1893)