jueves, 26 de diciembre de 2019

Los Borgia en la Ficción

Como hemos señalado en más de una ocasión, los Borgia son una de las familias que más interés ha suscitado a nivel histórico, en concreto Alejandro VI y dos de sus hijos, César y Lucrecia. En consecuencia, han proliferado a lo largo de los años obras de ficción de muy diversa índole acerca de la poderosa familia valenciana que controló los resortes de poder en Roma a finales del siglo XV. Obviamente, no es mi intención realizar aquí una síntesis completa de todas las películas, series de televisión, novelas, obras de teatro... de los Borgia, pues el resultado sería descomunal, pero sí un breve recorrido por algunas de las obras más conocidas y famosas de nuestro tiempo en las que Alejandro VI y su familia tuvieron un papel destacado, si no protagonista.

The Borgias (Serie TV)



Primera referencia obligada es la serie de la cadena estadounidense Showtime Los Borgia (The Borgias en su idioma original), del año 2011, en la que Alejandro VI es interpretado por el magnífico Jeremy Irons. Con un gran presupuesto disponible, la serie cuenta con actores de renombre que interpretan a los distintos personajes a lo largo de sus tres temporadas, en las que se narra el ascenso y caída de la poderosa familia valenciana.



Borgia: Faith and Fear (Serie TV)


A pesar de ser del mismo año que la anterior (2011), la producción franco-alemana Borgia: Faith and Fear (o simplemente Borgia en España) es bastante menos conocida, cuenta con un presupuesto considerablemente menor y con actores menos conocidos, de muy diversos países de procedencia. En este caso Rodrigo Borgia es interpretado por el actor estadounidense John Doman.


Si la comparamos con la anterior, las diferencias son varias, aunque ambas cumplen su cometido: entretienen y son, de algún modo, capaces de despertar interés histórico por sus personajes. De hecho, Los Borgia es la serie que me introdujo de pequeño al personaje de Alejandro VI y despertó en mí interés por él. Quizás si no la hubiera visto cuando era un niño hoy no estaría escribiendo este blog. Debido a esto, las numerosas licencias históricas que ambas toman están (hasta cierto punto) justificadas. Al fin y al cabo, una serie de televisión debe ser entretenida y atractiva para el espectador, pues debe vender, o de lo contrario está condenada al fracaso y al olvido. No obstante, esas licencias tienen un límite, y no todo vale, aunque este no es el tema que estamos tratando hoy. Si queréis una comparativa más completa y extendida de ambas producciones, realizada por un historiador, podéis encontrarla pinchando aquí.



Los Borgia (Novela)

Lo cierto es que en los últimos años las aproximaciones a los Borgia en el mundo de la ficción se han realizado sobre todo en formato televisivo, no tanto en forma de novela histórica, aunque sí que hay algunas aportaciones, como esta novela del escritor y guionista estadounidense Mario Puzo, en la que se desarrolla la entretenida trama tirando de los hilos que más venden: sexo y poder. Sin más.

Assassin's Creed (Videojuego)


Los Borgia desempeñan un papel crucial en dos de los videojuegos de la famosa saga de Ubisoft: en Assassin's Creed II, Rodrigo Borgia es el villano principal de la entrega, mientras que en su secuela, Assassin's Creed Brotherhood, César Borgia ocupa su lugar como enemigo principal. Aquí, la leyenda negra de los Borgia es llevada a tal extremo que sitúa al Papa y a su familia como cabezas de una poderosa y antigua organización secreta que ansía el control mundial, actuando sin cualquier tipo de escrúpulo para logar sus objetivos. El propio Alejandro VI trata de asesinar, por medio de veneno, a su hijo César, cuando considera que este se está volviendo una amenaza demasiado grande a causa de sus desmedidas ansias de poder. Es, sin embargo, alertado por su hermana y amante, Lucrecia, tras lo cual César asesina a su padre forzando por su garganta una de las manzanas envenenadas. Desde luego, si había un límite para las licencias históricas ha sido superado con creces.


En definitiva, la familia Borgia ha sido, y será, fuente de inspiración para numerosas obras de ficción en los últimos tiempos. Todas comparten su habilidad a la hora de despertar interés en el gran público, aproximándolo a personajes que antes quizás ni siquiera conocían. Ahí reside precisamente la utilidad de la ficción histórica, no tanto como fuente para aprender sino como medio para suscitar interés en la sociedad. El rigor histórico está muy ausente en algunas de ellas, quizás porque el incesto, las intrigas, las traiciones, la corrupción desmedida y, en general, lo escandaloso, es lo que vende en una obra de ficción. Prescindir de ello sería, probablemente, quitarle su parte más atrayente, aunque esta sea, en parte, falsa.




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